¡¡CAMPEONES OTRA VEZ!!


EL REY SE CORONÒ ANTE SU FANATICADA

EL REY 2 vs HUILA 1
Costó llanto, sufrimiento y mucho sudor en la cancha. También en las tribunas, donde los cánticos no cesaron, para coronar la novena estrella que hoy ilumina el escudo del Atlético Nacional.

"Y ya lo ve, y ya lo ve, somos campeones otra vez". De las gargantas de los hinchas que tenían la respiración contenida ante el asedio del Huila en el segundo tiempo, explotó este coro ensordecedor después del gol de Diego Toro, quien marcó el 2-1 definitivo para recuperar la tranquilidad y certificar el triunfo del Nacional que costó más de lo esperado.

La victoria en el partido de ida por 1-0 generó cierto triunfalismo entre la fanaticada, mas no así de los jugadores y cuerpo técnico que siempre manifestaron respeto por un adversario que terminó con la frente en alto, luego de poner a sufrir a la numerosa afición verde.



El Huila asustó de entrada con su planteamiento táctico que confundió a los anfitriones. El tiro libre de Fredy Montero que desvió David Ospina, en el primer cuarto de hora, fue el toque de alerta que se prolongarían durante la mayor parte del tiempo.

"Vamos, vamos mi verde, que esta noche tenemos que ganar". Los hinchas animaban con la ilusión de que los jugadores se sacudieran del mal momento y mostraran la jerarquía y el fútbol de las pasadas presentaciones, en las que golearon a Chicó, Cali y Santa Fe.

Y el premio tardó 22 minutos, cuando Carmelo Valencia aprovechó la habilitación de Jairo Patiño y una falla de Germán Caicedo para abrir el marcador y acercar a Nacional al título. Tutunendo, el morocho de los goles valiosos, buscó a sus compañeros para celebrar y agradecer: "Feliz día, Papito Dios".

Pero en medio de los abrazos y la euforia nadie contaba con la angustia que vendría. Járol Martínez, entre lágrimas, lesionado, abandonó la cancha y le dio paso a Toro.

El empate parcial 1-1 del zaguero Duván Hernández, a los 43 minutos, congeló la euforia mientras Quintabani, pegado a la malla, sufría los rigores de la sanción que le impidió dirigir desde la zona técnica.

De infarto

La etapa complementaria aumentó la tensión para los seguidores verdolagas que, por fortuna, encontraron a David Ospina inspirado para salvar a Nacional ante los remates de Fredy Montero, Germán Caicedo y Mauricio Molina.

Los cobros con balón quieto y de costado causaban pánico en la tribuna cuando los de casa lucían fundidos y sin eje.

La expulsión de Francisco López dio un respiro, que terminó muy pronto por la ingenuidad de Camilo Zúñiga al ver la tarjeta roja y permitir que las cargas se equilibraran.

Quintabani quemó los últimos cartuchos. Sacó a Aristizábal y envió al campo a Elkin Murillo, quien a a pesar de los reclamos de los hinchas en el momento del cambio, resultó clave en el epílogo.

Con un remate de Carmelo Valencia que pegó en el palo y el gol de Toro, a los 87 minutos, concluyó el duelo de la angustia y el sufrimiento que le dio a Nacional su noveno trofeo en los torneos de la Dimayor, con todo y moñona por el título de goleador de Sergio Galván, que ayer no jugó. "Palo, palo, palo bonito, palo eh, somos campeones otra vez", coreó la afición.




Los hechos de la final


Carmelo Valencia acostumbró a los hinchas a goles valiosos. Hizo el del triunfo en Neiva y ayer aportó otro. Sumó siete en el torneo. Merecido para este muchacho de 23 años, natural de Tutunendo, Chocó.

El técnico Óscar Héctor Quintabani sumó su segundo título en la Dimayor y lo hizo con un equipo grande, para despejar las dudas de sus detractores. Tercer argentino campeón verde tras Paternóster y Zubeldía (dos).

David Ospina, con 18 años de edad, el más joven de Nacional, fue definitivo en el resultado de ayer. Aristizábal se alteró y recibió la tarjeta amarilla. Como la mayoría de compañeros, no tuvo su mejor desempeño.

Reconocimiento general para la afición verdolaga que, a pesar de las situaciones adversas en el partido, nunca dejó de animar. También para el rival que, contrario a lo que hizo en casa, ayer mostró que merecía ser finalista.

ESCRITO TOMADO DE EL COLOMBIANO Edición impresa