EDUARDO BALASSANIÁN "EL TURCO"


HOMENAJE AL CRACK DE LOS 60's; "EL TURCO" EDUARDO BALASSANIÁN

18 de Septiembre de 2013
Autor: Andrés Felipe Bedoya Serna
El argentino Eduardo Balassanián efectuó el saque de honor durante el clásico montañero nro 277, disputado el pasado fin de semana. En diálogo con EL MUNDO, el exjugador evocó sus años en el cuadro Verde.
Tuvieron que pasar casi 50 años para que volviera a tener contacto con dos de sus grandes amores: la ciudad de Medellín y Atlético Nacional.
Hoy con 76 años de edad, Eduardo Balassanián se dio uno de los mayores gustos de su vida. El argentino dejó huella en su paso por el Verde en la década de los 60. Logró un subtítulo en 1965 y es recordado por los hinchas Verdes de antaño como un delantero fino, con un cabezazo impecable.
Llegó el pasado viernes a Medellín, acompañado por su hija Claudia, quien nació en la “Bella Villa” y más allá de que vivió toda su vida en Argentina, se siente de esta tierra.
Padre e hija arribaron a la sede de Nacional, en Guarne, y una vez el exjugador se percató que su rostro quedó inmortalizado en el mural de históricos del equipo, se puso a llorar: “Es algo que jamás me imaginé. Me dicen que hice historia en Nacional y esta imagen no se podrá borrar jamás de mi corazón”, admitió con la voz entrecortada.
Eduardo no da crédito a lo que ven sus ojos. Su foto en el mural, el reconocimiento y el cariño de la gente, el saque de honor, regresar al Atanasio Girardot... le despiertan sensaciones fuertes que, admite, hace mucho tiempo no vivía, y eso explica el porqué de su llanto interminable: “No es para menos, recibir este homenaje después de 47 años de ausencia es algo impresionante. Me llama la atención que todavía haya un reconocimiento tan sincero de la gente”.
Balassanián luce radiante. Los años no han hecho mella en su organismo y se desenvuelve en su día a día con normalidad. “Jugué fútbol recreativo hasta hace poco. No seguí porque me tuve que operar de una cadera y el médico me recomendó que no jugara más pero que buscara otras actividades y me dediqué al tenis. Estoy jubilado pero no me gusta estar quieto”, especificó.
Consultado sobre por qué no se estabilizó en Medellín tras su paso por Nacional, dijo que “esta es una tierra hermosa, para quedarse a vivir. De hecho mi hija es de acá y a pesar de que ha vivido casi toda su vida en Argentina, nunca quiso perder la ciudadanía colombiana. En su momento regresé a Buenos Aires porque vengo de una familia muy unida y mis padres lloraban todos los días por mi ausencia. Volví para estar cerca de ellos”.
Cabeceador como pocos
Eduardo Balassanián quedó grabado en el libro histórico de Nacional. Llegó en 1962, procedente del Atlanta de Argentina. “Un día viajaron a Buenos Aires Antonio Patiño Vinasco y Hernán Botero Moreno (dirigentes de la época) y se pusieron en contacto conmigo a través de una persona conocida. Yo lo pensé, pero me hablaron muy bien de ellos, del equipo, y felizmente llegué a Nacional”, rememora con nostalgia el otrora atacante, quien recuerda su mejor momento con el club: “Hice muchos goles, peleamos un título y fueron años hermosos. Lo que más recuerdo es que tuve una semana inolvidable, en la que le convertí tres goles al Flamengo de Brasil y luego cuatro al Bucaramanga”.
Sobre su juego, contó que “era un delantero de área, el fuerte mío era el cabezazo, la mayoría de mis goles fueron por esa vía porque yo era un tipo que jugaba de tres cuartos de cancha hacia adelante. Cuando tenía un lateral o un puntero, como Óscar López o Rodrigo Miranda, que tiraban muy buenos centros, siempre tuve la intuición de dónde me la iban a lanzar. Yo siempre esperaba dos o tres metros de atrás y ya sabía dónde podría llegar el balón”, explicó.
Fuente: Periódico El Mundo.


LAS FOTOS DEL ÍDOLO VERDOLAGA GRACIAS A CAPSULAS DE CARREÑO, AUGUSTO MUÑOZ, PERIÓDICO EL MUNDO Y DE MI ARCHIVO PERSONAL.


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