MILLOS–NACIONAL, EL VERDADERO SUPERCLÁSICO COLOMBIANO



Por Carlos Antonio Vélez Nuevo Estadio Bogotá.
El fin de semana se demostró que el duelo que concentra la mayor rivalidad en el fútbol colombiano, durante los últimos tiempos, es el que protagonizan Millonarios y Nacional. Seguramente habrá clásicos de vecindad o similares que asomen con gran envergadura, pero el que atrae masas e invita al morbo, infaltable en el fútbol, es el choque entre ambas escuadras.
Su carácter especial sirve para muchas evaluaciones y la más cercana pasa por la jerarquía que los grandes deben tener a la hora de la mayor exigencia.
Al enfrentamiento del sábado pasado en El Campín, que no terminó de llenarse por el extraño manejo que le dieron a la venta de boletería por medio de la reventa, llegaron los dos equipos en diferente condición. Millonarios estaba precedido de un invicto como local respetable, de una seguidilla de éxitos que le acercaron a los primeros lugares de la tabla, el aprovechamiento total de las opciones de gol llegando al punto de golear a sus últimos adversarios,sin piedad y con una autoestima altísima.


Mientras que Nacional aterrizó lleno de prejuicios, dudas, puntos perdidos, sin poder encontrar el equipo y apurado por una baja de rendimiento de sus principales figuras, realmente preocupante. Total, un panorama bien diferente para cada uno de los protagonistas.
El escenario, la atención y lo que significa el clásico tenía que servir para mostrar de que están hechos, para que sirven y para donde van. Pues el desarrollo del partido y su resultado final invirtieron el presupuesto hecho con antelación, producto de los antecedentes inmediatos de los protagonistas.
Mientras que Nacional, desde el comienzo, quiso ganar el partido que tenía que ganar, a Millonarios le faltó orden, criterio ofensivo y seguridad en su dispositivo.
Este tipo de compromisos marcan, en ellos se pueden identificar fácilmente los factores determinantes de los buenos equipos: La suficiencia, la categoría, la citada jerarquía y la pinta de protagonista, factores que se vieron en el justo ganador y escasearon en el perdedor.
Las preguntas son: ¿Por qué Nacional no jugó así, siquiera parecido, los compromisos anteriores del torneo? ¿Necesitan nuestros jugadores que los aprieten, que los directivos los preavisen y que les pongan una presión de resultados inmediatos para que hagan lo que deben y tienen que hacer siempre?
Este parece ser otro de los temas para analizar con profundidad sobre el comportamiento de nuestros futbolistas.