El primer tiempo verdolaga fue, como lo expresó al final el goleador y salvador nacionalista, Sergio Galván, para olvidar. Nacional, al igual que el partido contra el América, nunca tuvo el dominio del balón, ni de las acciones de juego. La presión de la doble línea cucuteña en la zona medular lo ahogó y lo maniató.
La constante presión cucuteña logró sus frutos forzando un autogol del zaguero Iván Hurtado, a centro del volante, Nelson Flórez, que el ecuatoriano, en su afán por despejar, terminó anidando en su propio arco al minuto 23, luego de una clara falta en el área chica del lateral, Marlon Piedrahita sobre el delantero, Leandro Vargas, que el árbitro Buitrago, no sancionó.
Ante la parquedad futbolística de la inicial, las disposiciones del técnico verdolaga fueron claves para nivelar el marcador, además de las discutidas decisiones del juez central, Hernando Buitrago, que incidieron en las acciones del partido y, por supuesto, en el marcador.
Recién reanudada la etapa complementaria, Nacional propició tres opciones consecutivas claras de gol por intermedio de León Muñoz, Carmelo Valencia y Aldo Ramírez, que evitó el arquero antioqueño y exnacionalista, Andrés Saldarriaga, a la postre figura del partido.
Agridulce el semblante de la fanáticada verdolaga que se quedó con las ganas de celebrar por anticipado el paso a la final de su equipo y con la preocupación del discreto nivel exhibido por su escuadra, de cara a lo que será la definición de este miércoles, con la presión de un revitalizado América de Cali.